«…y lo ha llenado del espíritu de Dios, y de sabiduría, entendimiento, conocimiento y capacidad creativa. El Señor los llenó de habilidad para realizar diversas labores y les dio también espíritu de inventiva.
(Éxodo, 35, 31.35)
Con toda certeza puedo expresar que el espíritu de Dios está en cada uno de nosotros y nos ha dotado de capacidad creativa, habilidades diversas y espíritu de inventiva. Estos dones tienen algunas características comunes: no son para envanecimiento personal sino para ser puestos al servicio de los demás, son para compartir, generan armonía y felicidad, y son altamente contagiosos: la creatividad de uno puede provocar en los demás una explosión de creatividad en múltiples sentidos.
En el Plenus Fest, con las obras “Guardianes del museo” (Kínder Plenus) y “Una noche en el museo” (Colegio y Prepa Plenus), hemos asistido a una ¡Fiesta de la creatividad! En esta fiesta se han manifestado una diversidad de dones, talentos, habilidades y cualidades: creatividad literaria, musical, artística, artesanal, expresada en la obra escrita, la mezcla de canciones, la coreografía, el baile, la actuación, además del “plus” que cada uno de los que actuaron y bailaron le dio a su interpretación y, tras bambalinas, quienes hicieron los vestuarios y quienes hicieron y montaron la escenografía.
Plenus Fest es, sin duda, una manifestación del espíritu de inventiva y de la capacidad creativa que se nos ha dado. Quienes presenciamos las obras, quedamos contagiados con la alegría de cada uno de los que participaron. La magia de la armonía entre la música, los colores y el movimiento nos hicieron vibrar en varios momentos.
En el Colegio Plenus colaboramos en la formación humana, académica, deportiva y artística de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, en la certeza de que en cada uno de ellos hay un talento a descubrir, pulir o potenciar, para que ellos sepan ponerlo al servicio del bien común. “Nuestra experiencia de la creatividad en la infancia modela gran parte de lo que hacemos en la adultez, desde el trabajo hasta la vida familiar. La vitalidad -en verdad, la supervivencia misma- de nuestra sociedad depende de criar niños aventureros capaces de solucionar problemas en forma innovadora” (Goleman, El espíritu creativo).