Como docente de niños, adolescentes y jóvenes, me parece que la falta de autocontrol es una de las mayores carencias que ellos tienen. Dicho de otra manera, la “falta de autocontrol” es un déficit en el área de la voluntad que los pone a merced de sus impulsos y deseos.
Por autocontrol, entiendo la capacidad o habilidad de controlar los propios impulsos, emociones, necesidades y deseos. No nacemos con el “chip” del autocontrol, es un hábito a desarrollar con el paso del tiempo, mientras más pronto iniciemos a nuestros hijos en la formación de esta habilidad, más posibilidad tendrán de enfrentar con éxito las diversas dificultades que encontrarán día a día.
Nuestros niños y adolescentes viven un mundo muy diferente al que nosotros vivimos en nuestra infancia y adolescencia. Ellos viven en el mundo de lo inmediato, de lo fácil, donde todo es a control remoto, un mundo en el que la tecnología les ahorra tiempo y esfuerzo. Con la consecuente pérdida de la capacidad de esperar, de aprender a ser pacientes y tolerantes ante las frustraciones. Formarlos en el autocontrol o dominio de sí es un gran reto para nosotros.
Como padres de familia es nuestra labor aportar oportunidades y contribuir al desarrollo del autocontrol, ya que el dominio de uno mismo les aportará importantes beneficios:
- Les permite solucionar situaciones no deseadas de forma positiva. Si en lugar de reaccionar impulsivamente, controlan esos primeros impulsos y reflexionan sobre la situación, llegarán a patrones de acción positivos que les ayude a solventar situaciones que no son de su agrado.
- Los hace dueños de sí mismos: el autocontrol hace que decida la propia persona y no sus emociones.
- Aporta libertad, ya que les da la capacidad de elegir cómo y cuándo actuar.
- Favorece la planificación y la organización. Si controlamos los primeros impulsos, estaremos aprendiendo a planificar y organizar nuestras conductas.
- Es bueno para sus habilidades sociales. Puesto que podemos controlar las conductas no deseadas y ejecutar otras más aceptables.
- Favorece el desarrollo social y afectivo. Es una de las destrezas básicas tanto del desarrollo social, como del afectivo.
- Es una destreza esencial para la consecución de metas y objetivos y con ello para los logros de sus éxitos y su felicidad personal.
- Favorece el proceso de solución de conflictos y el de toma de decisiones.
- El desarrollo del autocontrol forma parte de las destrezas personales, por lo tanto, va ligado a otras como la autoestima y el autoconcepto, va a influenciar en ambos y en su conjunto contribuyen a su sano desarrollo.
Fuente: educayaprende.com/