«Cuenta una historia que un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una cesta llena de frutas cerca de un árbol y le dijo a los niños que el juego consistía en que el primero que llegara a la cesta, ganaba todas las frutas. Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se cogieron de las manos y corrieron juntos. Después, se sentaron en grupo a disfrutar del premio. Cuando el antropólogo les preguntó por qué habían jugado así si uno de ellos podía haber sido el único ganador de las frutas, le respondieron: ¡Ubuntu! ¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes? Ubuntu significa: “Yo soy porque nosotros somos”».
El ambiente comunitario de nuestro estilo formativo propone el respeto a los demás como actitud permanente. A través de distintas actividades buscamos desarrollar en nuestros alumnos el “sentido del otro”, aprender a pensar en los demás, la interdependencia, la cordialidad, la solidaridad, la bondad y la tolerancia. En este sentido, formar hombres y mujeres plenos va más allá de una mera realización personal; desde una perspectiva relacional significa, parafraseando el concepto «Ubuntu»: “Yo soy pleno, porque nosotros somos plenos”.
¡Formar en el valor del respeto, es el gran desafío que tenemos padres de familia y docentes!
Nuestro mundo necesita personas “Ubuntu”, personas capaces de superar el individualismo (que llevamos metido en las entrañas); personas capaces de mirar al otro con benevolencia y con profundo respeto; personas que no vean a los demás como un rival a vencer, como un enemigo del que hay que cuidarse o como alguien a quien puedo humillar; personas que anteponen una mirada comprensiva ante el error del otro y no un gesto de burla, personas que renuncian a la violencia y son capaces de resolver los conflictos de manera pacífica.
Fuente: https://www.kubuka.org/ubuntu-yo-soy-porque-nosotros-somos/