Comenzamos ya el ciclo escolar 2023-2024 y en Plenus hemos vivido ya la primera semana de clases con encuentros, risas, sorpresas, nuevas amistades, expectativas, ilusiones, dinámicas de integración y diversas emociones. Y así como ha comenzado la formación académica, deportiva y cultural, también iniciamos con la formación en valores, siendo la responsabilidad el valor que corresponde a septiembre.
En la misa que celebramos el viernes, el padre Ricardo se centró en el simbolismo de las “lámparas de aceite” (cfr. Evangelio según Mateo 25, 1-13). Me hizo pensar que cada uno somos como esas lámparas de aceite, en las que el contenido es lo que permite que nuestra luz resplandezca, pero también puede suceder que lo que portamos opaque nuestra luz.
Padres de familia y docentes, tenemos el gran privilegio y el gran desafío de formar el corazón de nuestros hijos o alumnos. Si cada uno de ellos es como una “lámpara de aceite”, es importante que nos preguntemos, desde la perspectiva de los valores ¿Cuál es la esencia o el aceite que queremos poner en esa lámpara?
Haciendo referencia a nuestro programa de virtudes y valores, les propongo poner en las lámparas (nuestros hijos o alumnos) el aceite de la responsabilidad. Queremos que la luz de la responsabilidad resplandezca en cada uno de ellos, que sean responsables de sí mismos y de sus acciones y que sean comprometidos tanto con los demás como con su entorno natural y social.
Una sola instrucción para padres de familia y docentes: el aceite o esencia de la responsabilidad lo debemos verter también en nuestra lámpara, para ser coherentes con lo que queremos formar. Si nuestros hijos o alumnos ven brillar en nosotros la luz de la responsabilidad, será más fácil que ellos quieran brillar con esa luz.