Es viernes de la segunda semana de clases en el Colegio Plenus, estamos a media jornada escolar y llama la atención que en el “túnel” ¡la canasta de cosas olvidadas ha desaparecido! Y no es que alguien se la haya llevado, sino que prácticamente no se ve porque hay una montaña de cosas olvidadas que la han ocultado.
Evidentemente, le corresponde a los alumnos, pequeños y grandes, hacerse responsables de sus pertenencias, pero es necesario acompañarlos y formarlos en el valor de la responsabilidad y en hacerlos conscientes del valor de las cosas.
Educar en la responsabilidad es ayudar a la persona a alcanzar la capacidad de ser independiente, de valerse por sí misma, de tomar decisiones, de hacer uso de la libertad desde el conocimiento de sus posibilidades, y esto no se improvisa: es un proceso largo y costoso, que se inicia en la familia y tiene su continuidad en la escuela y otros ambientes sociales.
La responsabilidad es la capacidad de asumir las consecuencias de las acciones y decisiones buscando el bien propio junto al de los demás. Los niños deben aprender a aceptar las consecuencias de lo que hacen, piensan o deciden. Nadie nace responsable. La responsabilidad se va adquiriendo, por imitación del adulto y por la aprobación social, que le sirve de refuerzo.
A veces pasa que un niño olvida algo en el Colegio y ni él ni sus padres se percatan de la pérdida hasta que han pasado varios días. Como padres de familia nos corresponde revisar periódicamente si llevan sus pertenencias completas.
Si notamos que falta algo (prendas del uniforme, loncheras, envases de agua, etc.) es importante pedirle que lo busque en el Colegio, sea en su salón, en la Dirección de su sección o en el túnel y dar seguimiento. Al regresar a casa preguntarle si lo encontró. Si aún no ha encontrado el objeto perdido, insistirle que lo vuelva a buscar. Se trata de ayudarlos a hacerse responsables de sus pertenencias y de asumir las consecuencias de lo que hacen. También ayudaremos a formarlos en la responsabilidad cuando nos damos cuenta de que entre las cosas que trae aparece alguna prenda o material escolar que no es de él y le pedimos que lo entregue a Dirección o al compañero que le pertenece.
Educar en la responsabilidad no es tarea fácil. Se consigue solo mediante el esfuerzo diario de padres y educadores, pero la recompensa es grande: educar adultos responsables.
Fuente: educacion.navarra.es/